Olvidarse del mundo y todo.. Todo provocado por el suave y nervioso vuelo de una pequeña libélula.
Verla posada ahí, en una minúscula rama manteniendo el equilibro ante toda ráfaga de aire.
Disfrutar de los destellos de colores que provocan sus alas..
Y de pronto echar a volar.
Dejando volar los problemas.
Perderse en cuestión de segundos.
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